El domingo, cuando fuimos a la Feria del Libro lo hicimos para ir a la inauguración de la biblioteca infantil. El invitado de honor en la inauguración era Miliki. ¡Sí, ese mismo, el de Gaby, Fofó y Miliki!!!!. Don Emilio Aragón, que así se llama, es un simpático caballero de unos 60 y tantos con el cabello todo blanco, no muy alto y algo regordete.

Comenzó sus palabras excusándose con los niños, pues se iba a dirigir a los mayores, tras lo cual preguntó “¿Cómo están ustedes….?”, a lo cual fuimos los grandes quienes respondimos “¡BIEEEEN!”. Claro, los chicos no lo conocieron de aquella época. Ellos lo conocen como el simpático abuelo que cuenta cuentos en los libros y de hecho luego se quedó para firmar ejemplares de sus libros.

En algún momento, preguntó a los chicos si conocían la fábula del ratoncito goloso y el ratoncito inteligente. Los chicos le respondieron que no. El dijo que tampoco, pero que la iban a inventar. Y así lo hizo. Con los años no ha perdido la capacidad de atrapar la atención de los chicos, aunque más no fuera con estos simples trucos.

Fue muy lindo verlo, ambos estábamos muy emocionados de verlo. Y también estábamos contentos por la ocasión, la inauguración de la biblioteca infantil, pues veíamos que los chicos, que no eran pocos, se enganchaban muchísimo con los libros, que los había para todas las edades, con sectores de mesas de distintos tamaños para los chicos de distintas edades, con los estantes a su altura y todo muy bien puesto. Mucha gente dice que aquí la televisión es malísima. ¡Ojalá fuera peor! Así los chicos buscan alternativas que, por suerte, las hay.

Ya sobre el mediodía, tocaba la banda juvenil local. Debía haber unos 30 y tantos músicos, algunos pocos no tan jóvenes. Eran todos vientos, las primeras voces las tenían los clarinetes, pero había un buen surtido de instrumentos: saxos, flautas traversas, oboes, cornos, trompetas, trombones, una tuba y otras del mismo tipo pero tamaño menor cuyo nombre desconozco, y algo de percusión. Estuvieron 1 hora tocando unas 8 piezas, todas españolas salvo una de jazz. Tocaron realmente bien, y no lo digo considerando la edad de los chicos, no, tocaron realmente bien. No son instrumentos fáciles, todos requieren años de estudio, es admirable que en un pueblo tan chico haya tantos jóvenes que hayan tenido la vocación y el apoyo necesario para dominar el instrumento al punto de participar en una orquesta así.