Nápoles
Este fin de semana pasado estuvimos en Napoli, Nápoles o, muy antiguamente, Neo Polis: nueva ciudad; claro que de eso hace al menos dos milenios.
Llegando a Nápoles nos alegramos de haber viajado a la India. Nápoles parece lindo en comparación. Admitamos que la zona alrededor de las estaciones de tren nunca son las mejores y posteriormente logramos encontrar algunas zonas lindas, pero Nápoles impresiona mal. Los italianos en general no se preocupan mucho por el exterior de sus casas. Hasta ahora, los napolitanos se llevan el premio. Comentándolo con un amigo local nos dijo que Nápoles fue invadida tantas veces por tanta gente de cualquier lugar del que se pudiera llegar navegando, que el exterior se lo dejan al conquistador, sólo se preocupan por sus casas, las calles no son suyas.
Ciertamente que allí no pondría una pinturería, seguro que con la pintura para exteriores no haría plata, los edificios parecen abandonados. Las calles bastante sucias y pobremente mantenidas con baches por doquier. Esto último lo puedo entender. Construida como está entre las montañas y el mar, la mayoría de las calles corren paralelas a la costa y hay muy pocas calles que puedan ir al través por la pendiente tan pronunciada, de hecho, hay varios funiculares que suben por la ciudad. Esto hace que el tráfico sea horroroso por la falta de alternativas. Cerrar un camino para arreglos debe ser un caos por la falta de alternativas por donde derivar el tráfico, sin embargo, otras ciudades padecen del mismo problema y se las arreglan.
La vestimenta también sufre por esta misma costumbre, después de todo, para qué te vas a vestir mejor si tu entorno no lo merece, más aún, parece que te podrías ensuciar en cualquier lado. En el sur no se ve la elegancia del norte de Italia.
La gente es magnífica. Te tienes que acostumbrar a que se griten y gesticulen de una vereda a la otra, lo que les evita tener que cruzar las calles, lo cual requiere bastante coraje. En realidad, los coches se detienen, pero sólo si no les queda otra alternativa. Conducen con los espejitos laterales plegados. Esos pocos centímetros hacen la diferencia entre pasar o pegarle a un peatón. Los napolitanos probablemente se aburrirían en una corrida de todos. Un solo toro y un solo torero? Ellos tienen montones de autos y peatones ofreciendo el mismo tipo de espectáculo de alto riesgo en sus calles cualquier día de la semana!
Todavía aparece de tanto en tanto por el correo esa historia de que el ancho de los cohetes de combustible sólido de la lanzadera espacial están relacionados con el ancho de las vías de los trenes que a su vez vienen del ancho de las carretas romanas. Nápoles es una buena prueba de la falsedad de esta historia, sólo en Nápoles he visto tres trochas (anchos de vía) distintos. De las dos líneas de tren subterráneo, la más nueva usa la trocha internacional, la misma de casi todo el resto de Europa. La más antigua usa la trocha ancha, la misma que se está abandonando aquí en España y luego está la Circunvesubiana que usa la trocha angosta, lo cual le permite tomar curvas mucho más cerradas, una necesidad en este terreno tan abrupto.
Como su nombre lo indica, la Circunvesubiana recorre la zona del Vesubio, el cual domina el paisaje desde casi cualquier lado. Es la línea que uno toma para ir a Pompeya, pero eso es otra historia.