Astrología
Pocas cosas me resultan más absurdas que la astrología. La clásica pregunta, “¿de qué signo sos?” es una forma segura de señalar el fin de la conversación racional. Dado el desconocimiento generalizado de la astronomía y la imposibilidad de comprender intuitivamente la magnitud de lo que llamamos `distancias astronómicas´ es muy difícil que la gente capte lo absurdo de la supuesta influencia de los astros en sus vidas. Los supuestos efectos de la astrología, sin embargo, son claramente comprobables y el resultado es nulo.
Las compañías de seguros están constantemente analizando el riesgo de lo que aseguran. La competencia entre las empresas aseguradoras hace que traten de cobrar menos que sus competidores, para lo cual tienen que evaluar al detalle el riesgo de que deban cubrir un daño. Por ejemplo, en muchos lugares es habitual que la prima del seguro del coche varíe según el código postal del asegurado (casi el 90% del recorrido de un coche se realiza en la vecindad de su domicilio). El código postal suele ser usado como referencia geográfica pues es más fácil de obtener que otras referencias como el partido, departamento, condado u otra jurisdicción administrativa: la gente suele incluir el código postal en su dirección a fines de recibir la factura.
Lo que hacen las aseguradores es registrar el código postal de los lugares donde han tenido reclamos por accidentes y hacen una tabla de riesgos, entonces, donde hay más riesgo, la prima es más alta. Comercialmente, lo importante es que en los lugares donde el riesgo es menor, entonces pueden cobrar una prima menor y competir por precio con las otras aseguradoras.
Otro tanto ocurre con los seguros de vida. Las empresas le cobran más a los fumadores, reflejando la menor expectativa de vida de estos, o sea, la mayor probabilidad de tener que pagarle el seguro a los deudos o, en otras palabras, le hacen un descuento a los que no fuman, pudiendo ofrecer primas más bajas que la competencia.
En ambos casos, las aseguradoras no necesitan conocer la razón por la cual una determinada zona es más proclive a los accidentes de tránsito o el efecto fisiológico del tabaco en el organismo. No les preocupa la causa sino su efecto. Podría ser que en todo un código postal, una sola intersección, un único camino de montaña, un solo tramo de carretera sean los que le suben el promedio de accidentes a toda la zona. A la aseguradora no le importa determinar la causa ni arreglarla sino sus efectos. De la misma forma, a una aseguradora no le interesa si la culpa la tiene Marte o Plutón si el efecto es observable.
Este análisis se llama correlación, o sea, establecer relaciones entre una serie de datos y otra. Las causas de esas relaciones son irrelevantes: si la relación existe la correlación es alta. Las aseguradoras siempre se han manejado con matemáticas y estadística. Las `tablas actuariales´, libros llenos al tope de números y cifras, han sido siempre muy importantes en la contratación de seguros, pues establecen el riesgo (la probabilidad de tener que pagar) y por ende la prima (lo que van a cobrar) por cada tipo de seguro. Las aseguradoras han sido de las primeras empresas en contratar computadoras muy al inicio de la era informática, para poder actualizar permanentemente estas tablas actuariales y aún siguen siendo grandes usuarias. Y bien dije `contratar´ pues en aquella época, las computadoras se encargaban a medida y solían tener nombres propios.
En el caso de los seguros de vida, la aseguradora tiene la fecha de nacimiento del asegurado y sabe cuándo ha muerto, pues ha tenido que pagar. En el caso de los seguros de vehículos habitualmente tiene la fecha de nacimiento del conductor primario, pues el riesgo depende de la edad (los jóvenes son más arriesgados). Una correlación entre fechas de nacimiento y muerte no es algo que a las aseguradoras le costaría mucho hacer. De hecho, si se busca en la web por las palabras `astrology insurance´ (en inglés hay mucho más material) se encontrarán referencias a estudios hechos entre el signo de los conductores y su propensión a los accidentes de tránsito.
El tipo de relación que la astrología sugiere daría una relación periódica, con picos y valles de mes en mes (o sea de signo en signo) con efectos menores en periodos mayores, según los ascendentes y demás influencias astrales. Al igual que con los accidentes de tránsito, estas correlaciones no indican lo que va a ocurrir, que un coche circule por un determinado código postal no quiere decir que vaya a chocar ineludiblemente en tal intersección, muestran simplemente tendencias, que es lo que supuestamente la astrología indica: personas de determinados signos en determinadas épocas tendrán una mayor propensión a sufrir accidentes fatales en el caso de los seguros de vida o no en el caso de los de vehículos.
Puede aducirse que la astrología no es tan simple, que simplemente es incapaz de predecir cosas así, que simplemente indica rasgos de la personalidad, sin embargo, el asumir riesgos y ser propensos a los accidentes o tener tendencias suicidas son rasgos de la personalidad sobre los que tradicionalmente se pronuncia la astrología y estos conducen a una mayor incidencia de muertes prematuras, por lo tanto, se deberían reflejar en la estadística. En realidad, lo interesante de este proceso de las correlaciones es que no es necesario conocer o, en el caso de la astrología, creer en ella. Las aseguradoras no recorren los caminos y analizan su transitabilidad para determinar el riesgo, lo hacen basándose en las consecuencias, en lo que le ha ocurrido a los que ya han transitado por ellos. De la misma manera, no es necesario saber nada de astrología para que este proceso funcione, si la correlación existe, saldrá a la vista, cualquiera que hubiera sido su causa, crea uno en ella o no.
Dado el historial que las aseguradoras tienen acumulado y con una simple correlación se obtendría un concluyente sí o no. El resultado, como cualquiera que contrate un seguro puede comprobar, es no: la prima no depende del signo astrológico. Las aseguradoras jamás han encontrado una correlación significativa entre el signo astrológico y un evento tan difícil de ignorar como es la muerte o tan estudiado como los accidentes de tránsito. Los sitios que mencionan estudios hechos por aseguradoras (o que dicen que fueron hechos por aseguradoras, algunas de las aseguradoras mencionadas no existen), todos ellos sitios que promueven la astrología, dan resultados distintos: el orden de riesgo de los signos es distinto en uno y otro sitio. Pues, aclaremos, cualquier correlación va a dar algún resultado, aunque más no fuera por pura casualidad algún grupo cualquiera, clasificado por lo que fuera (color de cabello, mano conque escribe), necesariamente tiene que dar más que otro, la cuestión es si es significativo o no. Los resultados significativos son reproducibles, si la diferencia entre la propensión a accidentes de uno y otro signo fuera importante, se mantendría a lo largo de los distintos estudios. Evidentemente, no lo hace.