Murallas y fosos se hicieron avenidas
Si se mira un mapa de Barcelona como este, se advierten dos zonas claramente diferenciadas, la grilla regular de la zona nueva (que, siendo Europa, tiene ya más de 100 años) y la zona antigua donde las calles y los techos de las casas no siguen ningún patrón. Algunas partes, como esta iglesia, quedan totalmente fuera aún del trazado ya bastante caprichoso de la zona vieja.
La zona nueva está separada de la vieja por una serie de avenidas que fueron construidas donde estaba la muralla y el foso que rodeaban a la ciudad vieja. Esto, entiendo, es bastante habitual en ciudades antiguas pero en Barcelona es aún más notable pues durante un par de siglos, Barcelona fue confinada a crecer dentro de sus murallas como represalia por haber apoyado al que resultara perdedor en una lucha por el trono. Así es que mientras en muchas otras ciudades la demolición de las murallas ocurrió de a tramos a lo largo del tiempo, quedando su trazado original borroneado por los sucesivos derrames de construcciones en esas brechas, en Barcelona, la demolición ocurrió toda a un tiempo y dentro de un plan urbano que les dio buen uso.
Vale la pena aclarar que en este caso el foso, era natural. La muralla se construyó, como era habitual, en la orilla de un riachuelo existente, con lo cual el foso estaba inundado naturalmente, al menos en la época de lluvias. Cuando estaba seco no era mucho más transitable, era habitual usar estos arroyos extramuros como colector de residuos. Quizás un atacante prefiriera ahogarse en lo que optimísticamente podría llamar agua que la alternativa.
Sólo queda un tramo de esa muralla, contigua al viejo Arsenal donde se construyeron muchas de las galeras que pelearon en la batalla de Lepanto, aquella donde Cervantes perdiera el uso de su mano, incluyendo la nave capitana de Don Juan de Austria, el comandante de la flota. El Arsenal, ahora Museo Marítimo, tiene en su nave central, la del techo de doble ancho, una réplica de esa galera. El Arsenal abría directamente al mar, del cual fue distanciado en varias etapas; el edificio al otro lado de la avenida era la Aduana que ahora ha quedado también algo más distante del agua, no mucho, por el paso de la Ronda Litoral, soterrada entre la Aduana y el mar.
Las avenidas que rodean la ciudad vieja se llaman Rondas, Ronda de San Antonio, Ronda de la Universidad, Ronda de San Pedro, etc. Esto se debe a que los centinelas hacían las rondas por las murallas sobre lo que se llamaba el camino de ronda, pues para eso servía y el nombre ha quedado a sus sucesores, incluso a aquellos más modernos como la Ronda Litoral y la Ronda de Dalt, las autovías de circunvalación de la ciudad, que datan de las Olimpiadas del 92 y otras varias.
Subsiste la traza de una tercera muralla. Las Ramblas, en plural porque cambian de nombre en su recorrido, que parten del marcador con la A hacia el mar, siguen el recorrido de una antigua muralla. La zona al este es el Barrio Gótico, la parte más antigua y la zona al oeste es El Raval, o sea el arrabal, que supo estar extramuros hasta que se hizo una segunda muralla que lo abarcó e incluyó dentro de la ciudad tras lo cual se demolió la muralla que lo separaba. El arrabal hace ya varios siglos que no es tal cosa, pero el nombre perdura.
La aún más antigua muralla romana no ha corrido la misma suerte, quedan pocos restos de ella, tal como las cuatro torres y la muralla que las conecta, frente a la plaza de la Catedral. Las dos torres redondeadas formaban la barbacana que custodiaba la principal de las puertas de acceso a la ciudad romana y aún guardan la calle que lleva a la Plaza de San Jaime, donde se encuentra el ayuntamiento y la presidencia de la comunidad de Cataluña, o sea, el centro administrativo de la zona, como lo era en los tiempos de Roma.
La plaza bajo el marcador con la A es Plaza Cataluña y supo ser el lugar donde llegaban los campesinos de la zona a vender sus productos, contiguo a una de las principales puertas de la ciudad. Era habitual que se cobrara una suerte de peaje a los comerciantes que ingresaban a la ciudad por lo que muchas veces los mercadillos se hacían en el exterior.
El sitio asociado al excelente libro de Ildefonso Falcones, La Catedral del Mar, muestra un mapa de la ciudad en el siglo XIV. La muralla a la izquierda es donde actualmente están las Ramblas. Todavía se ve la antigua muralla romana, contenida dentro de la muralla medieval. El Arsenal aún no había sido construido pero habría de ocupar el predio fuera de las murallas en la esquina inferior izquierda. La zona arbolada fuera de la muralla en la esquina superior izquierda es donde ahora está la Plaza Cataluña, contigua a una de las principales puertas de la ciudad, que se encuentra alineada con la puerta principal de la muralla Romana, que aún existe.
Barcelona ha crecido, abarcando a otras poblaciones contiguas. Se puede apreciar, mirando al noroeste (arriba a la izquierda) del marcador con la A otra zona que rompe con la regularidad de la zona nueva. Este es el barrio de Gracia, antiguamente un municipio independiente. Aún cuando las calles son estrechas y las manzanas irregulares, desde el aire no se ve tan caótico como el Barrio Gótico al ser relativamente bastante más moderno.
El amplio bulevar que conecta Plaza Cataluña con el barrio de Gracia se llama Paseo de Gracia que, al cruzar la Avenida Diagonal y entrar en Gracia, cambia de nombre y se llama Gran de Gracia. Unas pocas calles más allá es cruzada por la Travesera de Gracia y también hay una calle de Gracia en el mismo barrio. Esto ocasionalmente confunde a los turistas que buscan Gracia (¿cuál de ellas?).
Hablando de nombres de calles, si vemos un plano de Bogotá, notaremos que las calles se llaman Carreras o Calles (perpendiculares las unas a las otras) y también tiene Diagonales y Transversales, también perpendiculares entre si y en ángulo a las anteriores, denominaciones similares a las catalanas.
La grilla regular del Eixample (el ensanche) se debe al diseño de Ildefonso Cerdá. El trazado está alineado con la línea de la costa y los lugareños habitualmente hablan de ir `hacia el bajo´ (la costa) o `el alto´ (de allí `dalt´ como Ronda de Dalt), alejándose del mar. Hay varias avenidas que desafían esta regla, una de ellas la Avenida Diagonal, que está alineada con la antigua carretera que unía Barcelona con Zaragoza y Madrid. Otro par curioso es el de las avenidas del Paralelo y Meridiana que se encuentran sobre un paralelo y un meridiano terrestre. Estas avenidas no se interceptan pero si lo hicieran se encontrarían muy cerca del reloj del puerto, la pieza central de una de las grandes ampliaciones del puerto, cuya sombra se puede ver en la foto satelital.
Antes de los modernos sistemas de ayudas a la navegación como, por ejemplo, el GPS, la determinación de la longitud en que se encuentra un barco depende del conocimiento exacto de la hora donde un minuto de error nos puede dar una diferencia de casi dos kilómetros (de hecho, una milla marina) en el cálculo de la ubicación de la nave. Pero también cabe recordar que el puerto era una zona de trabajo muy importante donde muchos jornales se pagaban por la hora y de allí la importancia de tener ese reloj a la vista de todos.
Hasta la imposición de zonas horarias comunes como consecuencia del establecimiento de horarios ferroviarios comunes, cada ciudad determinaba su propia hora. Barcelona lo hacía con el instrumento ubicado bajo una de las cúpulas en la Real Academia de las Ciencias y las Artes de Barcelona, cuyo gran salón de conferencias es ahora el Teatro Poliorama. El reloj que adorna su noble fachada aún lleva la leyenda “Hora Oficial”. Cuando el observador veía al sol cruzar sobre el zenit de Barcelona, un mecanismo permitía poner las manecillas del reloj apuntando a las 12.
Las otras calles que desafían la grilla regular del Eixample corresponden ya fuera a otros pueblos o villas absorbidas dentro de Barcelona o vías ferroviarias, la mayoría ya soterradas con amplias avenidas o parques construidos sobre ellas. Muestran las amplias curvas propias de los tendidos ferroviarios. Una de ellas la Vía Augusta data de la época romana. Su actual trazado no se corresponde exactamente con la vía romana original dado que el ferrocarril que ahora yace soterrado bajo ella, tiene sus propios requerimientos en cuanto a gradientes y curvas, y en varios lugares se apartó del camino romano original.
Las manzanas del Eixample son notables por sus amplios cruces, las manzanas más que cuadradas parecen algo a medio camino entre un cuadrado y un octágono. La ochava o chaflán es tan amplia que, hasta que el ruido del tránsito se tornó molesto, los apartamentos en los edificios sobre la ochava eran muy preciados por la amplitud de sus vistas. Actualmente, los turistas fotografían frecuentemente estas nobles fachadas pues la distancia desde la esquina opuesta permite abarcarlas en su totalidad.
Los edificios en estas manzanas ocupan una banda sobre su periferia, dejando el centro libre. En el diseño original, el centro de la manzana habría de ser un lugar público de acceso libre. El interés de los constructores hizo que esto no fuera así, sin embargo, la parte construida en el centro de las manzanas raramente supera las dos planta, de tal forma que las ventanas que dan al centro siguen teniendo mucha luz.
Cuando el centro de la manzana no son jardines, privados no públicos como planeara Cerdá, lo que ven los habitantes de estos edificios es el techo de los locales comerciales de la planta baja. De hecho, la planta baja de muchos de esos edificios es de doble altura, para darle más relevancia a la fachada y el portal con lo cual, pasando la zona de atención al público, en doble altura, los comercios suelen disponer de un entresuelo de tal forma de tener oficinas en la parte superior y depósito en la inferior.
La primera planta de apartamentos sobre los locales suele llamarse Planta Noble, pues suele tener una altura de techos un poco mayor que los sucesivos pisos y dispone del techo sobre los locales de abajo para tener su propio jardín. Algunos de estos apartamentos se extienden un poco sobre esta zona, ofreciendo a su vez una terraza ajardinada a los apartamentos de la planta sobre ellos, que por eso se llama Planta Principal. Recién la que sigue a esta Planta Principal es la 1ª Planta. Así pues, si uno se ve tentado de subir por las escaleras hasta la 1ª planta, es mejor pensarlo dos veces pues se puede encontrar con Entresuelo, Planta Noble, Planta Principal y recién entonces la 1ª Planta.
Hay una razón histórica para esta búsqueda de amplitud y luz. Como mencionara antes, Barcelona estaba circunscrita a sus murallas, lo cual provocó un nivel de hacinamiento insoportable. Al poder salir fuera de las murallas, los Barceloneces buscaban luz. Ya habían intentado lograrlo en la Barceloneta. Como hacia el mar no había murallas que les impidiera crecer, desarrollaron un barrio sobre el sedimento que se había ido acumulando a espaldas de la escollera que cerraba el puerto. Las calles en la Barceloneta se suceden a cada pocos metros, de tal manera que todas las ventanas dan a la calle, casi todos los edificios dan frente a dos calles contiguas.
Los edificios son todos de 4 plantas de altura y relativamente pequeños, estaban destinados a los trabajadores del puerto, marineros, pescadores, estibadores, etc. El problema actual es que no tienen ascensor, lo cual limita su valor en el mercado. A diferencia de muchos edificios antiguos en el Eixample donde fue posible agregar un ascensor en el hueco de la escalera, aquí no hay ningún hueco donde hacerlo. El ayuntamiento estaba estudiando legislar para que, si dos tercios de los propietarios estaban de acuerdo en ceder un poco de sus apartamentos para el hueco del ascensor, se pudiera forzar al restante tercio. El proyecto también tenía previsto asesorar a las comunidades con el diseño y financiación de la modificación pues, siendo edificios pequeños, los fondos comunes no dan para afrontar semejantes obras. Esto se traduciría en una revalorización de la zona dado pues, contando con ascensores, muchos de esos apartamentos son excelentes para alquilar a turistas, cerca del centro como están.
Este artículo podría denominarse de turismo satelital.